Interés General

Una docente correntina viaja 200 kilómetros a dedo para dar clases en Colonia Yeruá

Desde hace más de dos décadas, Mónica Ponce recorre cada semana la ruta desde Monte Caseros, Corrientes, hasta el Departamento Concordia, para cumplir con su vocación docente.

19 de Agosto de 2025
Monica es de Corrientes y trabaja en Colonia Yerua.

Docente correntina. La historia de la docente Mónica Ponce es un ejemplo de compromiso y amor por la enseñanza. Oriunda de Monte Caseros, Corrientes, desde el año 2000 viaja a dedo para poder trabajar en distintas escuelas del Departamento Concordia. Tras pasar por la Escuela San José de Calasanz y otros establecimientos de la zona, en 2019 comenzó una suplencia en la Escuela Nº 68 “María Elena Walsh” de Colonia Yeruá, donde en 2022 logró quedar como titular.

 

Se trata de una escuela rural de personal único, que hoy tiene una matrícula de seis estudiantes: tres en nivel inicial, dos en cuarto grado y uno en quinto. “A mí la ruralidad me gusta y tengo el acompañamiento de toda la comunidad. Si bien estoy lejos de mi familia, me siento muy contenida por la gente de acá. Siempre trabajamos para el bien de los niños, nuestro tesoro más preciado”, expresó la maestra en diálogo con Diario Río Uruguay.

 

 

Una rutina de vida

 

Cada semana, Ponce realiza el extenso trayecto de unos 200 kilómetros desde Monte Caseros hasta Colonia Yeruá, combinando colectivos y tramos de ruta que recorre a dedo. “Cuando empecé llegaba a hacer seis viajes en la semana porque mi mamá, que es mayor, y mi hermana con discapacidad motriz me necesitaban. Ahora, muchas veces me quedo en la escuela toda la semana y regreso recién los viernes. En invierno suelo salir los domingos porque no hay luz en el acceso a Monte Caseros”, relató.

 

La docente reconoce que a veces el viaje puede extenderse a 230 kilómetros si opta por el desvío por General Campos, aunque allí se le facilita conseguir transporte. “Me manejo siempre a dedo, tanto para venir a la escuela como para volver”, contó.

 

"Hay veces que desde el acceso de Ruta 22 hasta el conocido Almacén de Sauer -que queda a 100 metros de la escuela- ingreso caminando y son 10 km de recorrido. Lo hago caminando porque algunos días no hay demasiado trafico" señalo.

 

Compromiso con la comunidad

 

Más allá de las dificultades, Ponce se muestra agradecida por el apoyo de las familias de sus alumnos y de exalumnos que siguen colaborando con la institución. “La comunidad siempre está presente, y eso me hace sentir en un lugar maravilloso”, subrayó.

 

Además de enseñar, en varias ocasiones ha debido cubrir otras tareas, como la limpieza y la cocina, ante la falta de personal en la escuela. Sin embargo, lo asume con entusiasmo: “Estoy agradecida por tener un empleo y por la oportunidad que me da la vida. Hago todo con gusto porque los chicos lo merecen”.

 

"Hay veces que hago el viaje de tramo en tramo hasta llegar a mi lugar de trabajo, que lo que más me preocupa es cuando salgo de mi casa y estar a horario en la escuela. Me paro a hacer dedo a las 5 de la mañana, y como en la escuela tengo horario rotativo tengo que salir con un marco prudencial de tiempo" indico.

Docente rural